La Laguna Esmeralda es una de las mayores bellezas que ofrece Ushuaia. Su color característico y la naturaleza que la rodea la convierte en uno de los sitios preferidos por locales y turistas
Existen varias opciones para conocer la laguna esmeralda. Se puede hacer un un trekking atravesando bosques y turberas y viendo castoreras y flora autóctona. O disfrutar de una vista privilegiada desde un helicóptero o avioneta
¿Qué puedo ver en el trekking hacia la laguna esmeralda?
Los cinco kilómetros que separan el punto de partida del atractivo final no implican mucho más que dos horas de caminata. Durante el recorrido se atraviesa un bosque de lengas donde se pueden observar aves propias del lugar y con un poco de suerte , aquellos zorros colorados menos escurridizos.
Al finalizar el tramo por el bosque el sendero te acerca a grandes extensiones de turba. La turba es un material orgánico similar a una masa esponjosa y ligera que retiene mucho liquido. Esta es la razón por la cual al realizar una excursión a la laguna esmeralda se aconseja llevar calzado impermeable.
El primer tramo de la caminata transcurre dentro del bosque y nos permite apreciar increíbles vistas del Valle de Tierra Mayor y Carvajal. El resto del camino nos conduce a través de bosques de lengas, montañas, glaciares colgantes, turbales y nos permite observar bien de cerca la flora y la fauna del lugar, muy especialmente la gran variedad de aves que sobrevuelan la zona. Así transcurre el camino hasta alcanzar la magnífica Laguna Esmeralda, cuyo nombre describe a la perfección la tonalidad de sus aguas. La laguna se encuentra rodeada por el Glaciar Albino, las Torres y el Cordón Toribio, y es precisamente este el escenario elegido para disfrutar de un esperado almuerzo. Luego del descanso se comienza la caminata de regreso al hotel.
La laguna no es visible hasta no estar a pocos metros de ella porque se encuentra detrás de una elevación de la superficie. Esto causa que la sorpresa sea aún mayor la primera vez que se la ve: su color turquesa es el complemento perfecto para el paisaje virgen que la acompaña.
Durante el recorrido se puede observar la ingeniosa obra de los castores: diques naturales construidos con ramas de árboles arrancadas con sus propios dientes.
Por muy bonitos que nos parezcan, los castores implican una preocupación para los habitantes de Ushuaia. No son una especie originaria del lugar.
Durante la década del cuarenta se introdujeron 25 parejas provenientes de Canadá y se prohibió su caza para promover la venta de sus pieles. Actualmente el número de ejemplares creció tanto que sus construcciones afectan tanto a la fauna marina como a la vegetación y a los bosques .A unos 14 km de la ciudad de Ushuaia dirección a Tolhuin por la Ruta 3 se encuentra el comienzo del sendero a la Laguna Esmeralda.